Brasilia, Brasil
Martes 2 de Junio de 2009.
Los investigadores a ambos lados del océano intentaban descubrir las causas, que pudieran ser viento y granizo de una masa de cúmulos, rayos o una combinación de hechos extraordinarios.
El ministro de transportes francés Jean-Louis Borloo dijo que la policía francesa estudiaba las listas de pasajeros.
Aunque no se ha determinado lo que pasó, un funcionario del Pentágono que pidió no ser identificado dijo que no veía ninguna señal de un acto terrorista o criminal. El avión Airbus A330, de cuatro años de antigüedad, partió de Río la noche del domingo con 216 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, dijo la vocera de la compañía Brigitte Barrand.
Llevaba 61 ciudadanos franceses, 58 brasileños, 26 alemanes, nueve chinos y nueve italianos. También había ciudadanos de otros 27 países, entre ellos dos estadounidenses, dos españoles y un argentino. Entre los pasajeros había 126 hombres, 82 mujeres, 7 niños y un bebé.
El avión viajaba en forma normal a unos 10 mil 670 metros de altura (35 mil pies) y 840 kilómetros (522 millas) por hora hasta que, cuatro horas tras el despegue, desapareció. Al momento en que dejó la zona cubierta por el radar, más allá del archipiélago brasileño de Fernando de Noronha, a las 10:48 hora local, no había reportado incidentes.
Sin embargo, justo al norte del Ecuador, acechaba una batería de nubes de tormenta. Franjas de clima extremadamente turbulento se extendían a través del Atlántico hasta Africa, como suelen hacerlo en esa área en esta época del año.
El avión “cruzó a través de una zona de truenos con fuerte turbulencia”, dijo Air France. Unos 14 minutos después, a las 11:14 hora local (02:14 GMT) , un mensaje automático reportó fallas en el sistema eléctrico y pérdida de presión en la cabina. Air France dijo que eso fue la última comunicación que recibió desde el vuelo 447.
El vocero en jefe de Air France Francois Brousse dijo que un rayo podría haber dañado al avión. Henry Margusity, meteorólogo principal de AccuWeather.com, subrayó que las tormentas llegaban a 15 mil metros en esa zona, por lo que es posible que el avión se haya adentrado en la parte más severa de la tormenta.
Otros expertos expresaron dudas de que un rayo pudiera ser suficiente para derribar a la nave. Algunos dijeron que la turbulencia es más peligrosa.
Bill Voss, presidente de la Fundación de Seguridad en Vuelo de Alexandria, Virginia, dijo que los aviones están diseñados para que la electricidad se disipe en su fuselaje y son probados para resistir a grandes choques electromagnéticos.
El avión desapareció en una zona del Atlántico que no cubre ningún radar. Operadores de tráfico aéreo de Brasil, Africa, España y Francia intentaron sin suerte ponerse en contacto con el avión.
Dos horas después, dos aviones de la Fuerza Aérea brasileña iniciaron una misión de búsqueda a la que se sumaron luego siete aviones más y tres navíos de la Marina.
Sin embargo, la única pista es el último punto donde el vuelo hizo contacto -a unos 1,200 kilómetros (745 millas) al nordeste de la ciudad costera de Natal)- y el operativo enfrenta un área inmensa de mar abierto, con profundidades de hasta 15,000 pies.
En Brasil, familiares acongojados volaron a Río de Janeiro, donde recibieron asistencia de Air France. En el aeropuerto Charles de Gaulle al norte de París, los familiares se negaron a hablar con los periodistas y fueron llevados a un centro de crisis.