Peña Nieto asiste a la toma de protesta del nuevo gobernador de Querétaro, José Eduardo Calzada Rovirosa.

Querétaro, Estado de Querétaro
Jueves 01 de octubre de 2009.

Después de 12 años, el PRI regresó a la administración en Querétaro con José Calzada y lo festejaron en grande. Se reunieron gobernadores, exdirigentes nacionales priístas, también el panista y perredista, Diego Fernández de Cevallos, y Carlos Navarrete; hasta el rector de la UNAM, José Narro se dio cita.

Todo era fiesta hasta que arribó el secretario de gobernación, Fernando Gómez Mont. El lugar se convirtió en un búnker. En las azoteas estaban elementos del Ejército, Policía Federal, todos con armas largas. Cinco motopatrullas, cuatro camionetas Suburban con escoltas y un vehículo militar artillado acompañaron al funcionario hasta la entrada del Teatro de la República.

El ambiente se relajó minutos después: Enrique Peña Nieto llegó caminando. Su equipo de seguridad se mantuvo alerta porque las mujeres se abalanzaron para verlo o saludarlo.

A través de su candidato, José Calzada, el priísmo arrebató (después de dos administraciones panistas) el gobierno en esta entidad. Apenas Francisco Garrido Patrón entregó la estafeta a José Calzada comenzaron las advertencias: “Hacer una revisión puntual sobre el uso de recursos públicos. No habrá persecución, pero tampoco encubrimiento”.

El aplausómetro registró tres momentos intensos. El primero con la advertencia, el segundo con el anuncio en la reducción de los salarios de todos los funcionarios, la baja se detendrá hasta obtener un ahorro de 100 millones de pesos al año y el tercero con el agradecimiento a Peña Nieto.

El Gobernador reconoció a los asistentes. Los tonos fueron distintos “te valoro Beatriz”. “Mención especial al senador Manlio Fabio, porque no dudó en ser solidario cuando a muchos les parecía imposible aspirar.

Agradezco a mi amigo Enrique Peña Nieto por su apoyo permanente”, remató.